18.12.10

Viejardo.

En pleno barrio de Montserrat, volviendo a la oficina después de haber adquirido una viandita barata para convertirla en mi almuerzo, un abuelito se iba convirtiendo en viejardo mientras caminaba en sentido contrario al mío.

En el punto de encuentro me frené, lo miré y le dije que no se gaste, que conmigo no había espectáculo. Me miró feo y me dijo cosas haciendo despectiva alusion a mi juventud. El viejo choto se penso que nadie lo había visto cogoteando para mirarle el culo a las dos oficinistas de vestidito que caminaban adelante mio, o al menos, que nadie se lo iba a decir.

Yo pendeja de mierda; usted viejo choto, verde, de mierda de chancho asqueroso y enfermo. Viejardo, bah.








No hay comentarios.: