16.3.10

Lo que hago en vez de descansar.

No se si me avisaron que vaya o fui de casualidad, pero cuando llegué a mi ex colegio, me di cuenta de que me habían elegido para protagonizar un acto, a mi y a otras 3 ex compañeras (Mariana, Luz y Jésica). Era uno de esos actos chiquititos, de los que uno se enteraba 5 minutos antes, porque se hacían en el ‘patio de baldosas’ con todos los cursos formados y alguien diciendo cosas conmemorativas por micrófono. Los ’grandotes’ eran los importantes, como el 9 de Julio, y ya implicaban disfraces y tinglado.
La cosa es que ni bien llegaba (mientras veía a mi sobrino Tomas en una fila, que lloraba porque ‘tenia el sueño del mediodía acumulado’ ¿? ) me daba cuenta de que me estaban esperando y suponían que yo sabía lo que debía hacer. Me dirigí hacia ‘las chicas’, que ya estaban ubicadas en el frente, y Guillermo ‘Willy’ Díaz, el profesor de música, me enchufó el micrófono (como pasándome una papa caliente) para que haga lo mío.
Tenía que cantar una canción de iglesia para todos, con mis otras 3 compañeras, cosa que no representaba dificultad salvo porque esa canción no la había escuchado nunca en mi vida; no sabia ni siquiera el ritmo. Como suponía que todos sabían que yo sabia que tenia que actuar, le puse el pecho a las balas y empecé a cantar, como en los dibujitos; en los que uno empieza a entonar una canción y el otro, que al principio lo mira con cara de confusión, en la segunda estrofa se une al cántico; y uno no sabe si la letra se la dice el Espíritu Santo al oído o que catso sobrenatural está pasando.
Canté. Aceptable. Supe la letra, el ritmo y llegué a todas las notas. Suficiente. 
Terminado el acto, vi que todo mi curso estaba formado ahí, en el patio de baldosas como en los viejos tiempos, y yo debía volver a la fila. Lo hice.
‘Alegres’ de volverme a ver, mis excompas me invitaron a la excursión escolar que estábamos a punto de hacer. Un día de campo en una casaquinta. Me negué. “Nooo...tengo montones de cosas que hacer...no se...” “Daaaaale, daaaaale” “...mmmm...bueno.” Y nos dirigimos hacia el micro.
(Tengo que hacer un alto y contarles, solo a los entendidos, lo que pasó camino al micro. En los pasillos internos del colegio, vi una biblioteca ‘secreta’ con libros del Opus-Dei, y uno más interesante aún... ‘Las memorias de Yamila’. Descubrí que la señorita era uno de sus miembros, y había escrito sus memorias, en las que relataba cosas súper oscuras. Sin palabras. Punto y aparte.)
Una vez todos arriba de un micro de escolares naranja, ex colectivo viejo de boletos capicúa, me desayuné de que no estábamos yéndonos de excursión, sino que el chofer nos iba a dejar a cada uno en su casa. “Bu, al final tenía ganas de un día estilo UTPBA con el ex ‘B’ ...”, pensé. Pero volví a casa, como originalmente tenía planeado, y me tiré a dormir la siesta (aunque era el mediodía) . Me desperté tipo 18hs con mi celular que sonaba...”hola, soy dlkfdj (una mina) de ‘sdkfjs viajes' , quería pedirte mil disculpas, los chicos ya se fueron...” “que?!?! a donde?? Como que se fueron?? Si al final no nos íbamos!! “ “Si, salieron 5 y media del colegio , si salís ahora por ahí los alcanzás...además quedate tranquila, van a estar en la casaquinta hasta las 6 de la mañana” AAAAAAAAAAAAAAAAhhh no. Me estas cargando!?!? , le dije. 
“Realmente me estas tomando el pelo??! YA MISMO le decís al chofer que de la vuelta y venga por mi!! .Tenés el ‘tupé’ de llamarme para disculparte porque se olvidaron de mi y encima me decís que salga a perseguir el micro?? “
y corté. Estaba indignada. Quería ir, la verdad es que me moría de ganas.
En fin, me puse a hablar por teléfono con .b (be de bicho), para contarle lo indignada que estaba. Y ahí vino lo más volado.
Mientras hablaba (yo acostada en mi cama), empecé a golpear la pared de la cabecera de la cama, llamando a mi mamá para aturdirla con la misma historia. Eso lo hago siempre, porque la pared de la cabecera de la cama es la pared de la cocina, y mi mamá suele estar mucho en la cocina. Pero de repente me di cuenta de que la pared no era pared, era vidrio. Incrédula, seguí golpeando y reconfirmé; era ruido a golpe de vidrio. Golpeé una vez más y me di cuenta de que ya no estaba hablando por teléfono. Más aún, ya no tenía teléfono en la mano. No había teléfono.

Me incorporé, miré a mi alrededor y me encontré dentro de una cámara Gesell. Y supe la verdad. El pensamiento fue dicho en voz alta, haciendo que la cara de mayor sorpresa, decepción, miedo y angustia que jamás puse hable por si sola.

‘Viví toda mi vida dentro de una cámara Gesell.’



Y así me desperté.

2 comentarios:

unnerd dijo...

Siempre tuve mis dudas sobre el mito que dice que los estudiantes de química conocen todo un universo distinto de alucinógenos, muchas veces incluso legales, que no circulan en el mercado tradicional del narcotráfico. Algunos aseguran también que, en las épocas de sequía que corren, ellos experimentan nuevos alucinógenos en sus cuerpos, sin conocer los efectos secundarios que puedan producir.

Yo siempre tuve mis dudas... de que sea un mito; debe ser más bien una realidad. ¿estoy en lo correcto?

...y esta vez no estoy desfasado: Este comentario es ciertamente de este post.

unnerd.

Flo® dijo...

Se de lo que me estas hablando..del mito, digo. =P
Y así es; comentario en tiempo y forma.Impecable.

Saludos!