13.5.11

Un año de furia compactado en 24 horas.





Ya por ser de parcial era distinto al resto, pero no distinto a los otros de parcial. El lunes parecía inofensivo a pesar de su naturaleza de lunes.

Cuatro de la tarde, llamadito telefónico:

-  Voz del teléfono: “Hola, llamamos del Macri’s Bank para contarle que le acabamos de dar de baja su tarjeta de débito porque fue duplicada”
-  Mi:  “POSTA?!”
-  Voz del teléfono: “Si, así que no compre nada ni vaya al cajero porque la tarjeta ya no sirve, recién la semana que viene va a tener la nueva que ya fue pedida y todo lo que quiera hacer lo tiene que venir a hacer personalmente acá, en la sucursal de Solís y Laconchadelaló.”
-  Mi: “ ¿??...!!!!....bueno, está bien…momento…como es tu nombre?”
-  Voz del teléfono: “Diego”.

Bien Flor, idea brillante: el plan era que cuando él me decía su nombre yo hacía un Voice Graph mental y detectaba si el llamado en realidad provenía del penal o algo del estilo. Pero no, no tengo esas habilidades, no se por que se me ocurrió que las podía tener.
Corté y miré la billetera. Es una billetera donde los billetes no entran estirados, así que vi el bollito de plata (de tonalidad violeta) y pensé que era posible vivir con eso 6 o 7 días.

Cinco de la tarde: Parcial. Ya había entrado de malhumor porque me había comprado un café en el kiosco y ahí mismo me lo olvidé. Al margen de eso, la mayor componente del malestar venía porque sabía que el parcial iba ser un tsunami cerebral de MUCHAS cuentas (aunque pelotudas) y de cosas en las que hay que prestar mucha atención para no cagarla. Yo suelo cagarla cada 3 números que escribo y esta no iba a ser la excepción.
Dicho y hecho. Parcial del orto, me dolía el cuello, la cabeza, la panza y tenía sueño acumulado de 4 días. Tenaz (o cabezona como siempre), hice mi mejor esfuerzo (o me recibí de caradura) y entregué cosas.

Terminé para las 21.30hs y me fui de la escena del crimen hacia mi laboratorio, donde había dejado la campera (en un día de 10ºC de temperatura promedio), el celular y las llaves el mi casa. Detalle que se me escapó: junto con las llaves de mi casa estaban las llaves del laboratorio que las contenía. Detalle PEOR AUN : todas las personas que era posible encontrar adentro estaban en un congreso a mas de 1000 km.
Resumo: 21.30 hs, laboratorio cerrado con mis llaves, celular y campera adentro. Creo que estar en pelotas en Corrientes y Florida debe sentirse parecido.

La vía de razonamiento más corta fue pensar dos cosas: 1) qué personas de este mundo tienen llave de mi casa y 2) cómo llegar a ellas sin celular y pocas monedas. La segunda pregunta se contestó primero porque el ÚNICO celular además del mío que me acuerdo de memoria es el de mi mamá. Pero para la otra había dos respuestas: mi mamá y mi ex.
Bueno, al menos había intersección no nula entre ambos conjuntos: como siempre, mamucha (aunque estaba a 50 km de mi persona).

Recorrí todos los teléfonos públicos de la facultad hasta encontrar el ÚNICO que funciona con monedas.
Hola má, uy..dónde estas? Trabajando? Uy…bueno, escuchame, necesito el celular de yasabésquién. No, no pasó nada, nada grave. Si, anoto: Cero..once…nueve…cinco..uno. Listo. Dale, beso.”

Más monedas en el aparato.

Hola, soy yo. Es una de esas situaciones límite por las que te pedí que te quedes con mi llave. No, bueno, más o menos. Mi llave? Ah, está en tu casa. Y vos dónde estas? No estás en tu casa, ok. Hacemos así: voy para lo de tus viejos, agarro la llave de tu casa, voy a tu casa, agarro la llave de la mía y te llevo de vuelta la llave de tu casa. Dale. Te pido mil disculpas.”

Cagada de frío, sin celular, sin débito, sin llaves y pensando que por ahí yasabemosquién pensó que yo había armado una parodia del día de mierda para tener una razón para interactuar; enfilé para lo de sus viejos en busca de mi llave. Ni de casualidad me acordaba la dirección exacta, sólo la intersección de calles. Me bajé del bondi en un lugar que nunca había pisado, pregunté en una farmacia de turno por alguna de las calles, la ubiqué y empecé a caminar en el sentido que me pintó.

A las cuatro cuadras, perdida en Little Horse, un pibe apareció en mi campo visual. “Joya, le voy a preguntar si estoy yendo bien”. No fueron más de cuatro pasos los que llegué a dar (si, todo cuatro) que lo tenía encima pidiéndome la billetera y de una manera no muy amable. Casi le pido que se cope y que no me haga sufrir más, pero no, se la di. Se fue corriendo con mi bollito de billetes y me revoleó la billetera vacía; se hubiese llevado mi tarjeta de débito, total ya alguien me la había choreado vitualmente.

Desahuciada y sin la plata que me iba a permitir sobrevivir el resto de la semana empecé, casi sin darme cuenta, a patear para adelante a paso vivo. La calle desierta completamente después de un rato se acabó. Un hombre (que rogué que no sea violador serial ni alguien relacionado con la trata de blancas) apareció para que yo le pregunte si faltaba mucho para llegar a esa calle del orto y menos mal que apareció porque me dijo que la calle del orto  había quedado atrás hacía doce cuadras.
Inhala, exhala. “Gracias, señor” Y larrrr(muchas RR)econ@&$%”.

Doce cuadras después llegué a la puerta de lo de yasabemosquién. 
“Vení, pasá”. 
“ok, saludo a tus hermanas y listo”, pensé.
No, “pensé” un carajo; tenía un plato de comida para mi en la mesa. Intentando hacer lo políticamente correcto que era mantener el orgullo arriba y guardar la compostura, me hubiese encantado decir que no; pero visto y considerando que su familia siempre me hizo sentir muy cómoda, que a sus hermanas les tengo un cariño enorme y muy especial, que  mi última ingesta habían sido 5 caramelos tristes hacía 8 horas y que no tenía un morlaco ni para una porción de pizza al corte..no me negué.
Panza llena después de una cena bizarra  y llave ajena en mano, partí hacia SU casa para tener las llaves de MI casa y al fin descansar en paz. Pero no, para eso faltaba más.

Una vez en SU casa, me topé con dos juegos de llaves colgados. Sin dudar, agarré “el mío” pero al rato,  cuando lo metí en MI puerta no entraba. 
“QUE ONDA?” …las miré y claro, era “mi” juego de llaves…pero de SU casa! . Volví por “su” juego de llaves de “mi” casa y en el medio me compré (con plata prestada de yasabemosquién) un chocolate de tamaño industrial.

A una cuadra de mi destino final, un grupo de tres personas apiñadas en una esquina (dos hombres y una mujer) me miraban de reojo. Yo, ya con los pies cansados y fuera de la tierra noté la situación pero no le di pelota. A metros de pasar por al lado uno me miró directo y me dijo “vos muzza..aca no viste nada” . Miré bien, había paquetitos de por medio. Larreputamadre. Caminé velozmente la última cuadra y entré a mi morada. Desde el ascensor escuchaba el ruido de mi teléfono fijo y además me hacía pis. 

Llamé a un radio taxi para mandar las llaves ajenas a su lugar de origen. Confieso: la primera vez en mi vida que llamaba a un radio taxi (si, la primera vez en TODA mi vida). “Hola quería pedir un auto a micasa-tres-seis-uno ...si...no...no, para mandar unas llaves....eh? ...ah...si..mensajería, bueno, eso quiero, una mensajería. Qué? A donde va? ...eh...ay, no se. Bancá que llamo, le pregunto y te vuelvo a llamar” 

Tubo colgado.
Tubo en mano de nuevo.
Hola, soy yo...me decís la dirección exacta de la casa de tus viejos? No, quedate tranqui, no me pasó nada, pará, ahora hablamos...si, escuché que me llamaste intermitentemente cuando estaba en el ascensor..no me pasó nada, estoy bien!! pará, ahora te explico... Nada! Es que me meo!”

Un pis más tarde...

Hola, soy yo de nuevo...la dirección exacta a donde tienen que mandar las llaves es lacalledelortodondemerobaron ...seis-uno-algo. Si, ok, si. Bueno, bárbaro.”

Tubo colgado.
Tubo en mano de nuevo.

Hola, listo, ya está todo, ya te lo mandé. Estoy bien, pero necesito terminar con este día ya mismo”.

Hora y pico de charla después, tubo colgado. 


Me dormí mucho antes de abrir el chocolate.

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