Fueron los cambios de escenario las vedettes de este año. Fue como, de repente, despertarme, mirarme al espejo y tener otra cara (con una arruga), mirar a mi familia y que esté distinta y yo en lugares que nunca me imaginé y con gente que ni se me cruzó en situaciones ridículamente inimaginables.
Una vez fuimos novios y fuimos jóvenes. Tuvimos a los chicos, nos hicimos la casa. Una vez el abuelo amasaba los ravioles y nos esperaba. Y nosotros caiamos con el postre.
Una vez la abuela nos prestaba plata y cada tanto cuidaba a los nenes.
Hasta que un día, con papá, miramos alrededor y no había nadie más grande que nosotros. Me vi amasando ravioles y cuidando a los nenes. Cuidando a la abuela.
Un día empezamos a ser los abuelos. Y ustedes, nuestros nenes, los jóvenes que un día fuimos.
Me da miedo eso, ma.
Yo recién este año, después de 65 años, por primera vez en la vida sentí miedo.
Y yo después de 24 por primera vez me sentí sola.
Es la vida, mi amor. Los escenarios cambian y uno también, porque nunca deja de aprender.
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