cada cosa en su lugar.
Sin romper, sin romper,
que mañana hay que volver.
Que adornes la pared de tu cuarto con un póster y que un día lo tengas que cambiar de pared por alguna razón, o lo tengas que sacar porque se rompió o porque ya no te gusta y lo tengas que mandar al sótano o adentro de una caja bien alta arriba del placard ...ok, te lo banco.
Ahora, que las personas sean pósters...nah, no jodamos.
Mover a las personas y guardarlas como pósters es una acción que
jamásenlaputavidanoimportacuantasvecestengaquellevarlaacabo
voy a entender.
Y siempre va ser una mierda.
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