Se agarran los pedazos. Se recortan. Se mezclan. Se revuelven. Se hace el merengue, el mousse. Se calientan. Se cocinan. Se revuelven otra vez y se prueban. Se sigue revolviendo. La mezcla se bate y se lleva a fuego lento, para que cada pedacito se funda y se conviertan en un todo.
Cuando se enfría lo suficiente y se solidifica, se vuelve a empezar.
Así, no queda rastro alguno de ninguna de las cuatro partes.
Ni del preámbulo.
Ni del durante.
Ni del momento culminante.
Ni del después.
Cocina gourmet.
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