29.3.12

Quizás es mejor descansar.

Qué le voy a decir si se va?
                             Que vuelva?
                                         Que no?
                                                 

                                                 Que voy a ausentarme en la noche
                                                                                               para que no duela
                                                                                                                        más.


Después de que te fuiste otra vez me acosté y a las 4 horas,  inexplicablemente, abrí los ojos ganándole al despertador por muchos muchos minutos.

6am . Lo primero fue el frio helado en la nariz, igualito al de esos días de hace muchos meses en que eras lo primero que veia cuando me despertaba. 
Lo segundo fue el nudo ahí, donde empieza la panza; ya ni me acordaba como era eso de tener la guardia baja ni bien se prende el cerebro y que sea ESE el momento de todas las emociones dándome un gancho en el estómago. Esa sensación de mierda al empezar el día nunca había tenido nada que ver con vos, pero esa vez si.

Insomne, esperé que el nudo se desate hasta que decidí convivir con él y dejé la cama.
Frío. El cielo se escurría por las rendijas de la persiana pintando el living de tonos azules, celestes y rosados. 
Mirando todo, te vi. 
La mesa de la noche anterior puesta, el cenicero improvisado con dos puchos apagados adentro, una frazada enroscada en el sillón, el playlist que armaste en la pc todavía en pantalla, los parlantes prendidos, el cadáver de un chocolate en el piso y los platos en remojo. 
Era la vez número ene de la misma escena, el enésimo after de una noche de vos y yo rebalsada de emociones. 
Y ahí estabas, te habías vuelto huecos otra vez. 
Pero ésta vuelta era distinto. Ésta vuelta, era la última.

Era muy temprano, demasiado temprano, exactamente la interfaz entre el día que se va y el que viene.

Qué se hace cuando se está consciente mientras el mundo está en stand by?

Antes de poder responder, levanté las persianas y empecé. 
Escobillón, plumero,  trapo, secador, lavandina, Cif, esponja.

Junté, tiré, saqué basura, repasé, ordené, sacudí, acomodé.
Limpié TODO, hasta que no quedó rastro. 

Nada.


Me senté, descansé.
Desayuné.

Y me fui a trabajar.


 Se quedará en tu danzar todo el amor de mis mañanas.

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