22.2.12

Caracoles.

Que junté en la playa, en varios findes largos. 

(Advertencia: momento Yummy)


Hay equipo. 

El enano hoy me saca una cabeza y calza 44. Antes era el enanoide prolijito que escribía cuentos y organizaba obras de teatro con los otros más chicos. Incluso ha dado discursos familiares acerca de la importancia de las proteínas y proclamaba al mundo que él no era un nene, sino una langosta. Pero pasó de ser el cariñoso y sensible lector compulsivo a oscuro metalero de la noche a la mañana. Hoy me saluda con voz ronca y de arriba, pero cada vez... con el abrazo de siempre. Nada en el mundo le mueve ni uno de sus pelos largos salvo el Heavy Metal, su chica y "la petisa". Y a la petisa sólo él le dice "la petisa".

La petisa es la china, la pimpi, la enana. La china es una explosión, va, viene, dice TODO, es ruido de fondo, es un container de personalidad en 20 kg de persona. Está tranqui y de repente explota. Viene, me pelea. "Cierro los ojos porque no te quiero ver", me dice y se va. Pero cuando vuelve, trae una sonrisa y un "te amo mucho". 
La enana nos muestra todo el tiempo que es la que está más viva de todos. Y pensar que...

La china a su angelito lo bautizó "Tito". Y así quedó. Tito la cuida como a un botín de galletitas; es que él es un superhéroe..pero de dulce de leche. Es de pocas palabras porque para hablar le sobran ojos. Tito es paz y azúcar. Corre, transpira y come un montón. Se rie fuertísimo. Y cuando me rodea el cuello con las manitos y se me apoya en el hombro y yo le busco la cara, nos encontramos los ojos y se rie mostrándome el hueco sin paleta. 

Y a Tito y a la enana los cuida la pioja, según el mundo mi mini-me. Ella sabe cuidar y cuidarse porque es mucho pero mucho más grande que su cuerpo. La pioja es energía, alegría y movimiento.  Cuando charlamos, nos colgamos y CHARLAMOS.  Ella tantea el mundo adulto preguntandome todo sin miedo y sin dudar, usándome de puente y caminamos. Y ahí vamos, hacia el mundo de los grandes y ella, en esas caminatas sin darse cuenta, me agarra la mano. 

La pioja le lleva un año al bombonazo, si, el de rulos dorados. Toing, toing, le hacen cuando corre porque me vió y termina la carrera encima mio como garrapata. Es un bombonazo sensible y zeziozo, estructurado y calentón, MUY calentón...MILLONES DE VECES te dice que no le gustan los chistes. Y no le vayas a hacer un chiste porque vas a desear tragarte un balde de caramelos media hora antes que soportar lo que se viene. Pero es justo ...y de peluche. Tiene los rulos de peluche y los cachetes bordados. Como cuando era un bomboncito de "cocholate". 

Y me queda contar sobre el pitufo. El pitufo es un confite, pero de esos que te confunden. Porque se ve tan dulce, tan lindo, tan blandito...y lo es! pero tambien se te queda en la muela, te hace una carie, se te traba en la boca o alguna cosa rara. Travesuras. Miles. En un segundo. 
Dice la "d" en vez de la "l" y la "r" , porque su comida "pdefedida son das midanesas". Y en cualquier momento, lo que sea que esté haciendo lo suspende, me mira, me llama, me agacho y  cuando me tiene a mano me abraza y me da un beso con el pico bien de frente.


Enano, china, tito, pioja, bombonazo y pitufo. Eso son para mi.

Aunque todos ellos me dicen igual:

Tía.

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Creo.

Cuando el del medio me dice "negra, éste es para vos" , y me pone en el plato el mejor pedazo de carne de toda la parrilla.
Cuando el mayor me hace masajes asesinos y se rie como patán de mis gritos de dolor pero despues me abraza como mi papá pequeño. 
O cuando mis dos semillas me enseñan otra vez lo que es la incondicionalidad , pero en ésta desde abajo del micro; y los veo ahi, parados y firmes como dos pilares, despues de tantas, TANTAS,

paro un segundo y digo
si,
posta que si, 

creo en el amor para toda la vida.

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