22.7.09

Desde arriba.

Atrapada. Confinada. Primero se arrojó al piso. Pudo levantarse. Miró arriba; imponentemente alto, inaccesible. Se animó a dar pequeños saltos, vanos. Frustración. Quizo avanzar, pero otra vez la nariz terminó contra el murallón. Retrocedió, una y mil veces. Caminó en círculos y, naturalmente, siempre terminó en el mismo lugar. Pensó como. Pensó por qué. Penso cuándo. Pensó hasta cuándo. Hasta que dejo de pensar y empezó a hacer. Se animó.

Y solo se acordó como era cuando dio el salto. Que desde arriba las distancias se acortan, la altura no se nota y todo se ve tan chiquito que parece de juguete.

La mosca en la caja de zapatos se había olvidado de sus alas.

2 comentarios:

.b dijo...

OP-TI-MIS-MO
;)

Flo® dijo...

Nonono...mas que eso...realidad mujer! ;)