Estoy sentada en el living, haciendo honor a la simultaneidad de tareas. Intentando escribir pensamientos, a la vez que hablo por MSN con dos personas, leo el diario de hoy y escupo nombres de celebridades hollywoodenses evacuando las dudas a mi padre, que mira la entrega de los Oscar.
Pero más que nada me quiero concentrar en la transcripción de ideas. Y no se si es la hora, o el ácido láctico que tengo en los músculos, o todas esas cosas que estoy haciendo en este preciso momento, pero no puedo llevarlo a cabo.
Sé que pienso. Sé que quiero decir. Sé a donde quiero llegar y desde donde. Pero NO puedo hacerlo. Simplemente, los pensamientos mueren dentro.
Y mi subconsciente resucitó un cuento de Cortázar.
Lo que venía haciendo, sufrió una irremediable postergación y decidí imitar a Julio. Inspirada en la falta de inspiración, terminé escribiendo sobre cuando no puedo escribir.
Post nº 99 : Si, soy una trucha.
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