7.10.10

Modo Parcial: ON

La eficiencia en el estudio depende de montones de factores. Yo, personalmente, para estudiar eficientemente tengo que estar bien dormida, sin hambre, habiendo ido al baño, y sin computadora, ni guitarra, ni TV, ni diarios, ni comida, ni alicate, ni pinza de depilar, ni música, ni perros, ni moscas, ni nadie alrededor. Marte, la Tierra y Júpiter tienen que estar alineados, la luna en cuarto menguante, veintisiete mujeres inglesas cincuentonas tienen que estar tomando té y todos los chinos del mundo estornudando a la vez. Me tengo que mentalizar que no es todo una reverenda cagada y que lo estoy haciendo porque quiero, o porque no tengo nada mejor que hacer. No me causa gracia y mucho menos me suena convincente cuando es viernes a la noche, sábado a la tarde, sábado a la noche o domingo a la mañana. Así y todo, no puedo mantener el culo en la silla por más de 30 o 40 minutos, porque la triste realidad es que siempre siempre SIEMPRE hay algo mejor que hacer. Cortarse las uñas, por ejemplo. Es crucial.

Pero es increíble es como decae la eficiencia en el estudio conforme al grado de avance en la carrera. Y que llega un punto en el que uno siente que borra bytes ocupados por recuerdos de la infancia, para que entre alguna relación termodinámica o el metabolismo de las bacterias fotótrofas del azufre. De repente no me acuerdo el nombre de mi compañero de primaria, ese, el peticito liliputiense al que todos molestábamos, pero me acuerdo (con melodía incluida) los PUFAS: oleico, linoleico, linolénico, araquidónico…y me los voy a llevar a la tumba.

Son las 19.45hs, a las 8hs de mañana rindo. En estas últimas horas me asalta siempre la misma sensación. Padecí y sigo padeciendo, la caída exponencial de la eficiencia del estudio en las horas cercanas al parcial. Cuando era una bebé universitaria, era porque me pintaba el repaso frenético de todo, todo el tiempo; y mientras veía algo hacía un escaneo mental de todo lo visto. Claramente, eficiencia = CERO. Me tildaba a mirar las hojas y pasarlas y pasarlas.

Con el tiempo, las cosas se tornan algo distintas. Todavía me agarra un poco de la bruma de último momento, aunque no con ese nivel de obsesión y neurosis. Pero además, se combina con una paradójica ya-todo-me-chupa-un-huevo sensation, la culpable de que en este momento tenga ganas de irme al gimnasio, de que hoy haya leído 4 diarios, merendado dos veces, dormido la siesta y ordenado mi cajón de medias.

Ah, y posteado en el blog.

1 comentario:

Flo® dijo...

Ni bien clickeé 'Publicar entrada' miré la hora. La puta madre, debería estar estudiando.
Acto seguido, me fui a la cocina y con un colador me puse a tamizar yerba. Es que el polvo me da una acidez que me parte el estómago.

La ya-todo-me-chupa-un-huevo sensation está alcanzando su máximo nivel.