Algo que hacer.

Para olvidarme el verme ir. Para esperar. Para no sentir. Para revivir tus caricias cada noche y no morir cada mañana que no estas al lado mío. Para mantenerme lejos pero sentirte cerca . Para no irme con vos. Para sonreír. Para no pensar. Para imaginarme el volverte a ver sin enloquecer, sin enceguecer...algo tendré que encontrar... Para no matar. Para no morir.
Si no voy a encontrarte detrás de tu puerta. Si no sé ser paciente. Si no soy capaz de abstenerme a mirarte a los ojos. Si no me permito llorar pero tampoco consigo estar bien. Si no me sale conformarme con escuchar tu voz. Si no logro soportar el frío a la noche y limitarme a soñarte no me es suficiente...algo que hacer tendré que encontrar.
Algo distinto de extrañarte. Algo mas fácil que olvidarte y mas lindo que pensarte. Algo que me tome más tiempo que volver a vivir cada segundo a tu lado. Algo que ocupe mis sentidos más que tu olor, más que el empalagoso sabor de tus besos y tu piel aterciopelada.
Y es cuando me doy cuenta. Cuando lo siento imposible, tan imposible como traerte conmigo. Tan lejano como el lugar donde estas ahora.
Y me detengo. Vuelvo al principio. Retrocedo. Te extraño. Te quiero. Te amo. Soy vulnerable. Soy fácilmente vencible. Soy la mitad.
Y me resigno.
Y es que creí que no sería tan complicado, tan utópico, tan remotamente malditamente inútil encontrar...simplemente... algo que hacer.