25.10.11

La pregunta del millón.









El otro día la volví a ver.
Apasionadamente melancólica. 
Dolorosamente optimista. 
Si no la viste, tenes que verla. Te vas a querer suicidar pero dándote una muerte dulce, como  por ejemplo asfixiándote con una sobredosis de helado de chocolate bombon.

Quién está dispuesto a afrontar lo que viene a continuación del "y comieron perdices"? Nadie escucharía el cuento sabiendo que años después del beso mágico, Blancanieves vuelve a la casa de los enanos con una valijita y hecha un mar de lágrimas. 

Recibis  una tarjeta que dice que alguien muy importante en tu vida te borró para siempre de su memoria. Te jode hasta en el hígado. Te duele hasta en las partes que ni sabés que existen. 

Pero aún sabiendo que del pasado se aprende, que la experiencia es conocimiento, que todo se capitaliza, que lo que no te mata te hace más fuerte, que el tiempo todo lo cura y que bla bla ; todo el montón de caca  de fases hechas (por enfermos optimistas), cuando te duele de manera insoportable, vas al extremo de la autopreservación.

Considerás hacerlo. 
Desearías que fuera posible.
Morirías por haberlo hecho hace tiempo.

Las valijas de recuerdos se vuelven petates llenos de piedras que hay que arrastrar durante todo el viaje.

C'est la vie, un Everest de mierda de a ratos. 

3 comentarios:

Santiago dijo...

Película aburrida como pocas. Esta batería de frases optimistas son producto del instinto de autopreservación de los débiles.

Buscando A3 (A al cubo) dijo...

mmmm, no vi la peli

yo mas que borrar recuerdos preferiria viajar en el tiempo, retroceder para re-construirlo pero sabiendo lo que ya se...

mas loco...

mas fumado...

mas optimista...

mas improbable...

como en esa peli... ¿efecto mariposa se llamaba? bueno lo que sea...

La vida me enseño a vivir con mi pasado y no ha sido tan traumatico como para querer borrarlo...

Saludos

Flo® dijo...

Con ustedes...Santa en sepia! en sus momentos de gris oscuro escupiendo sulfonítrica por los dedos.

Y A3, te banco...pero a la larga. La intoxicación aguda con pasado da deseos de extirparlo de la historia de nuestra vida apretando un botón. Al menos a mi, que a veces soy una debilucha.