6.6.11

Un día.


 


En mi casa siempre bendijeron la mesa; eso de hacerse la señal de la cruz y que uno de los comensales le agradezca a Dios por poner comida en nuestros platos (si, viene y la pone ahi) mientras todos miran para abajo. En ESE preciso momento, cuando era chica, me ganaba la ansiedad y el hambre y mientras todos miraban el mantel yo asaltaba los platos con mi tenedor. Pero cuando alguien empezaba a decir las palabras mágicas, mantenía mi boca abierta para asegurarme de que éstas también le lleguen al bocado que estaba por tragar (maleducada si, pelotuda no).

Cuando iba a "la capital" siempre llevaba en la mochila de Xuxa mi pijama de perros por si me perdía y tenía que dormir en la calle y un anotador de Minnie con una lapicera, por si me cruzaba un famoso (los famosos viven en "la capital") y le tenía que pedir el autógrafo. (chiquita, pero precavida). Ah, y cuando tuve una colección mas o menos abundante de autógrafos (unos 6 o 7) los calqué y los pasé en limpio a otros papeles más lindos (estaban TAN desprolijos!). Los originales los tiré, por supuesto.

Uno de esos autógrafos era del intendente, todos me habían dicho que era un famoso.

La primera vez que usé una pc hice una casa en el Paintbrush del Windows 3.1 que me costó HORAS. Pero el problema vino cuando la quise imprimir, no encontraba la manera. Después de inspeccionar durante un rato largo, apreté el único botón que el aparato tenía a la vista y todo se puso negro y dejó de hacer ruido. Me asusté y me fui del lugar. Nunca se lo dije a nadie.

Con mi dedo meñique agujereaba las bolsas de palitos de la selva del kiosco de mi papá y le robaba diez, sólo diez de cada una, porque la falta de más ya se notaba. Lo hice durante un año.  

Me daba miedo quedarme a dormir en lo de mi abuela viejita porque me daba miedo que se muera y por eso una vez que me quedé me subió fiebre. Me daban asco las Frutigran que me daba mi cuñada con la leche pero me las comía igual porque me daba vergüenza. Me gustaba mi maestra de sala verde, la quería abrazar todo el tiempo. La monja que me enseñaba dibujo me daba miedo.

Un día mi perro me mordió la mano violenta e "inesperadamente". Mis papás se asustaron  mucho y lo llevaron al antirrábico. Mamá, papá, es hora de decirles algo: durante una hora antes de la mordida el perro estuvo aprendiendo a escribir con una lapicera de pluma entre la pata y a borrar con borratinta en mi cuaderno borrador de Pluto (me parecía más que apropiado). Yo era la seño, obvio, pero el perro no quería aprender. John, que estás en el cielo, gracias por siempre prestarme tu lomo para jugar a que andaba en pony y ojalá me perdones por tus días en el antirrábico. (me siento muy mal al respecto).

La primer canción que escribí en mi vida fue en el mismo cuaderno (el de Pluto) y fue cuando tenía 6 años y se llamaba "Foto revelada", que era exactamente todo lo que decía el estribillo. Ah, y hablaba de una chica. 

Un día usé la suela de corcho de las Hush Puppies de mi mamá para disfrazarme de negrita candombera. Me libré de culpa cuando se lo dije en el abrazo de Año nuevo.

En primer grado no me quería sacar la foto de la escuela porque quería llorar porque mi mamá no me había peinado, me había peinado mi papá. Mi mamá me había prometido que me iba a peinar y no pudo venir. Mi papá me dejó un bollo en la cabeza. No quería llorar adelante de todos y sabía que iba a hacerlo.

Los souvenirs de mi cumpleaños de 4 eran bolsas de papel llenas de golosinas que yo misma había decorado, escribiendo una de las primeras frases que construí y, con seguridad, una de las las más sinceras que dije en mi vida : "GRASIAS POR EL REGALO"

En los últimos meses de preescolar hicimos una visita a los nenes de primer grado para ver como era la onda. Entramos al aula y vi a todos trabajando duro. Me acerqué a una  nena (me acuerdo nombre y apellido) y le miré el cuaderno: estaba dibujando un ananá. En ese momento me estremecí y frunciendo el ceño me colgué pensando en lo TERRIBLEMENTE DIFICIL que iba a ser primer grado.
 
Eduardo, el maestro que trabajaba en la escuela de mi mama, era la única persona que conocía que usaba mochila y me encantaba que venga a mi casa. Lo esperaba super ansiosa porque cuando venía y se ponía a charlar con mi mamá, sin que me viera le robaba la mochila y me la ponía para caminar de acá para allá adelante del espejo, jugando a "ir a la escuela"; todo a pesar de lo pesada que era. Era realmente pesada.

Un día pasé a preferir que me regalen ropa en vez de juguetes
y dejé de elegir helados de agua para elegir de crema
y el huevo Kinder empezó a ser importante por el chocolate
y en los cumpleaños empecé a comer la torta
y cambié Nickelodeon y Cartoon Network por MTV y Much Music
y empecé a comer más alfajores de mousse y menos caramelos masticables
y el abrigo se volvió una preocupación, como también las manchas en la ropa 
y me aprendí lo que dice en realidad el himno
y no corrí más que para quemar calorías.


4 comentarios:

Antonella dijo...

me encantó!

ANA dijo...

Pero que ternura!!!! :

Flor.eme dijo...

Me siento leida ^^

F@nT@sM@ dijo...

muy bueno