16.4.11

Definición.

Todo lo que conocía sobre el budín marmolado era el compendio de adjetivos con los que la gente lo describe. Hace mucho tiempo los agarró, se los imaginó, los ordenó, y con todos ellos armó su propia definición:

“El budín marmolado es una confitura dulce que el que la prueba, incluso con los ojos cerrados, se percata muy rápido de su textura suave y un sabor inconfundible que provoca dicha que dura para toda la vida. Así es como uno se da cuenta de que está ante la mayor exquisitez de la Tierra.”

Nunca lo había comido y deseaba hacerlo con todas sus fuerzas aunque sabía que no era tarea fácil porque son muy pocas las personas en este mundo que saben la receta.
Así anduvo por la vida, esperando el día en que aparezca una de esas, preguntándose como hace la gente para conseguir un budín o para conseguir un cocinero, imaginándose todos los adjetivos dando vueltas por su boca. Miró, buscó, esperó pero nadie parecía saber ni siquiera la lista de ingredientes
En su vida fue encontrando dulces, pero el cocinero no estaba por ninguna parte; así que se deshizo de la idea de que alguno de esos pueda ser un budín, porque sin cocinero no tenía sentido.



También aparecieron cocineros que le ofrecieron probar otros dulces y ella lo hizo con los ojos cerrados. Conquistada por el sabor, estuvo segura de que el momento ansiado había llegado; pero el tiempo se llevó la supuesta dicha que duraría toda la vida demostrando que no era budín lo que tenía en su boca.



Las ganas aumentaban. La espera se empezó a hacer larga y ella se empezó a desesperar. A donde iba la perseguía la idea de que nunca iba a experimentar el sabor, hundirse en el chocolate mezclado con la vainilla y sentirse plena.

Sintió que se iba a morir sin esa sensación, se sintió infeliz, se deprimió. Se sintió sin fuerzas de seguir buscando e incrédula de que exista un cocinero en el mundo que haga la receta para ella.

Los días siguieron pasando pero ella ya no buscaba, no creía. Se puso el pijama y se quedó adentro, lloró y se hundió en el miedo, un miedo que la convenció de ser indigna y fea.



Y un día aparecí yo con un budín marmolado.



Ella lo vio, se levantó, se rió y lloró de emoción. Me acuerdo de la luz que tenía en la cara, iluminaba toda la cocina. Y ahí nomás cerró los ojos y se lo devoró. Mientras lo masticaba, la luz era más intensa. Cerró los ojos y volvió a sonreír. Que sonrisa hermosa. Era budín y ella se estaba dando cuenta pero la que no entendía que pasaba era yo, por qué  tanto entusiasmo por algo tan simple, su historia con los budines la supe mucho después.


Pero de repente apareció una batería de preguntas terroríficas. Sintió que no podía distinguir si estaba feliz por budín real o porque la espera desesperada y las ganas que juntó durante tantos años estaban convirtiendo en budín marmolado un simple pedazo de torta y se atragantó.

Esperó comer budín toda la vida y cuando lo probó, aún consciente de que eso era todo lo que siempre quiso, los años de espera se le vinieron encima y la confusión la desilusionó otra vez.

Y acá estoy yo, con tantos budines que no se que hacer, sintiéndome solamente un poco de “experiencia previa” que la prepare para el día en que se convenza de que tiene en la boca un budín.

Y siento mucho dolor, porque no se dio cuenta de que esas preguntas eran irrelevantes, porque lo que en verdad importaba era la luz que iluminaba toda la cocina.


7 comentarios:

Anónimo dijo...

Flor, no puedo explicarte el dolor que me causo leer esto, y no puedo imaginarme el que sentis ahora mismo. Las desilusiones son parte de la vida, y hay que aprender a sobrellevarlas. Lleva tiempo y dolor, pero cuando puedas sonreir sin sentir que te duelen las mejillas, te vas a dar cuenta de que el sufrimiento por el que tuviste que pasar valio la pena. Porque esa sonrisa va a hacer feliz a alguien mas, y sobretodo, te va a hacer feliz a vos.
Espero con ansias tus sonrisas. Es algo bastante cliché, pero tene fuerza y apoyate en tus amigos. Pude entender poco de la metafora del budin, pero lo que puedo decirte es que hay muchos budines y muchos cocineros aunque no creo que venga por ese lado. Tenes que animarte a seguir probando, aunque tengas un gusto amargo en la boca.
Un abrazo, y mucho cariño.

Flor.eme dijo...

Gracias, de corazón. Creo que por más de que firmes anónimo se quien sos y de verdad te agradezco (aunque estaría bueno que me lo confirmes ;-). Un abrazo grande.

Flor.eme dijo...

Ok, no tengo la menor idea de quien es el comentario pero me gustaría saberlo porque fue muy lindo y quiero saber quien espera con ansias mi sonrisa. Gracias de nuevo.

unnerd dijo...

A veces queremos tanto que un cocinero nos prepare un budín marmolado que cuando realmente lo tenemos nos damos cuenta que en realidad queríamos uno que tuviera cobertura de chocolate, o de azúcar impalpable, o con un decorado en glasé, o que fuera apto para celíacos. Pero eventualmente el budín marmolado se termina y otra vez caemos en la cuenta que todo lo que queríamos era un budín marmolado...

Acá estamos otra vez en la búsqueda de un budín marmolado, sabiendo que no buscamos uno de esos sino la luz que ilumine la cocina... pero igual nos empecinamos en buscar un budín.

No dejes de sonreir, que nunca sabés cuándo esa sonrisa se contagiará en la cara de alguien más.

unnerd.

=)

Flor.eme dijo...

Otra vez ese ser misterioso tirando para arriba.

Gracias, que más puedo decir.

=)

Anónimo dijo...

No somos más que sombras perseguimos lo que queríamos sin darnos cuenta de lo que queremos hoy.

El hoy es para nosotros una quimera construida con recuerdos de ayeres y deseos de mañana. Y cuando un deseo se repite mucho pasa a ser parte de los recuerdos. Y así sin darnos cuenta pensamos que deseamos algo que en realidad no queremos.

Y cuando se nos presenta la oportunidad de ese que hubiera sido el mayor manjar nos parece soso y desabrido, porque somos distintos a la imagen que tenemos de nosotros.

Todo el tiempo perseguimos una sombra, la nuestra. Cuanto más difícil es al desear a otro, sombras que buscan a sombras.

La luz fue verdad, y eso es lo único que importa.

Nada promete nuevas luces, pero nada promete más oscuridad.

Un abrazo de alguien.

Flor.eme dijo...

Como puede ser que algo tan lindo sea escrito por alguien que no quiere que sepa quien es?


En verdad quiero.