9.8.09

Domestícame.

-¿Quién eres tú? -preguntó el Principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el Principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro - no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el Principito. Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente. Verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada. Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sol. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.

El zorro se calló y miró un buen rato al principito:

-Por favor... domestícame -le dijo. 
-¿Qué debo hacer? -preguntó el Principito. 
-Debes tener mucha paciencia -respondió el zorro-. Te sentarás al principio un poco lejos de mí, así, en el suelo; yo te miraré con el rabillo del ojo y tú no me dirás nada. El lenguaje es fuente de malos entendidos. Pero cada día podrás sentarte un poco más cerca...

De esta manera el Principito domesticó al zorro . Y el zorro a cambio le regaló un secreto.

- He aquí mi secreto, que no puede ser más simple :sólo con el corazón se puede ver bien.
Lo esencial es invisible a los ojos.


 Antoine de Saint-Exupéry


3 comentarios:

Anónimo dijo...

=)
Hace falta algo más?

Flo® dijo...

a mi?? además de domesticarme??
dejame pensar...

sos mi principito... ;)

Male dijo...

Qué lindo es ser domesticado! ^_^
Me encanta este fragmento, lo había olvidado... nunca más sabio.
Gracias por traerlo a la memoria Flor!