11.3.11

Incandescente.

Cansada de ser forreada y ver forrear (todo repetidas veces), hoy dejé salir desde mis vísceras el vómito incandescente que me causaba la acidez estomacal.

Acercándome a la parada de origen del 160 maniobraba con el morral para sacar de la billetera un Mitre. Llegué a la boletería: Cerrado - No se venden boletos. Lo pensé un segundo y no era un error, era redundancia: si está cerrado se entiende que no venden boletos, a menos que fuera de horario vendan cajas de Cepita. Pero la desgracia no fue el cartel, sino ver un gordo (pero gordo panza de vino, la de grasa abajo de los músculos) , morochón, en la puerta de la garita tomando una coca y fumándose un pucho, que resultaba ser el boletero. Acidez no, cólera me dio.

El 160 estaba saliendo y yo fui amable: "Señor, disculpe, necesito viajar, no me podría vender el boleto por favor?"
Él no: "No ves que esta cerrado nena??"
Como es imposible hablar con adoquines, me fui a donde se supone que se arma la fila.
Al ratito venía otro 160. Intenté ser amable otra vez: "Señor, aunque sea cambieme monedas si no puede venderme el boleto, necesito viajar"
Sin sacarse el pucho de la boca escupió: "Me dejás de molestar?! A mi que me importa?! trae monedas!"

Bueh, la bola de fuego empujabó hasta que la dejé salir.

"La verdad es que no puedo creer como alguien puede tener la cara tan dura, son una especie tan particular todos ustedes! Yo siempre los subestimé, pensaba que eran unos boluditos medio sordos o que se hacen los sordos cuando alguien les canta las cuarenta porque todavía tienen un poco de pudor, pero la verdad es que tengo que reconocerles el mérito, la verdad es que son unos infelices forros de mierda que se esmeran cada día mas para mejorar. No me entra en la cabeza como te da la cara para ser manifiestamente sorete. Si pensás que tenes poder, sos un desgraciado y me das lástima..." (sic, si, soy aparato hasta puteando.)

La cosa siguió un poco hasta que el fuego bajó y me volví a la fila. El boletero MUDO. Nunca tienen respuesta, la mugre no habla. Me volví a una fila en la que la chica que estaba primera me dijo que le había hecho lo mismo, que era un hijo de puta maldito y que acá a nadie le importa una mierda el otro. Ponele. La chica no escuchó el final de mi monólogo, que por ser muchas veces mas duro que todas sus puteadas, no lo incluí en el relato. Pero no deja de ser cierto.

Me subí al 160 cuando el culón se dignó a volver a su silla de trabajo.



4 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanto resentimiento social que tenes!

Flor.eme dijo...

ah, si, bastante. Sobre todo con la gente detrás de comentarios anónimos.

Exactas dijo...

Idem me sucedio en época de curso de verano en el bendito 28. El viejo canoso boletero hijo de puta estaba descansando... Al final logre que me diera monedas después de putearlo y exigirle que debían vender boletos en la cabecera (eran las 12 del mediodía)

Exactas dijo...

Y para el boludito que dijo que Flor tiene resentimiento social... PELOTUDO. Seguro que en tu puta vida tomaste un tren o viajaste mas de 20 min en bondi.