Antes mi cerebro funcionaba en modo binario para muchas cosas: soltero/de novio , amigos/parejas , sos paki/sos gay , hombre/mujer, empleado/desempleado, zurdo/facho, etcéteras.
Pongo stop en la primera.
La soltería para mi era el estado de no-pareja, era el antónimo de "estar de novio". Y peor aún, del blanco-y-negro, era el negro, la connotación negativa; era el NO estar de otra manera que, tácitamente, era mejor (en pareja), era el Stand by del estadío bueno. Estás soltero, estás en negro, en el penoso stand by , en un no-estado de algo, de pareja. LQuien aseguraba "elegir estar soltero" en el fondo, medio que mentía, se autoconvencía, convencía al resto, era un pobre infeliz, pobrecito, pobre. Y pensarme a mi misma soltera...EL HORROR.
Pero bueno, en poco tiempo, inevitablemente las deficiones se me colapsaron y la binariedad se volvió merengue.
A veintipico de mayo del 2012 y hablando desde afuera de los SI-NO que limitaban mi cerebrito quiero contarles, mis pequeños saltamontes, que este ser humano está maravillado de encontrarse con que la soltería puede convertirse en algo genial y no ser un stand by, ni tener connotación negativa ni ser antónimo de nada.
Me rio de los que no me crean y se apenen por mi cuando diga que "elijo estar soltera, carajomierda."
Porque la soltería no es un no-estado, es un estado en sí mismo; un modo de vida que encima tiene el plus de ofrecer la genial posibilidad de construir a medida y antojo las maneras de relacionarse con el mundo, pudiendo salirse completamente del esquema conocido y disfrutarlo.
La soltería no es un estado ni un anti estado, no es blanca ni negra. Yo pienso y se me ocurre, así, automáticamente, que es naranja.
